28/6/11

Lev Vigotsky: Comunicación, signos y cultura

La función principal de la comunicación es la manifestación de la conciencia respecto a las necesidades del ser humano en donde la interrelación es el “yo” y el ”tú”  lo que cobra especial preponderancia en el “nosotros”. Dado que la interacción humana es un vínculo irrefutable de humanización, los signos o manifestaciones de la comunicación que surgen en una relación interpersonal pueden convertirse en los instrumentos de la mediación que hagan posible el crecimiento afectivo y cognitivo de dos personas.  
La adquisición de estos signos a partir de una función mediadora de la enfermera coadyuva a promover el despertar afectivo del neonato, al tiempo que sensibiliza a la enfermera sobre el sentir y la existencia del niño y le permite a través del reconocimiento de sus manifestaciones comunicativas y de la posibilidad de brindar a estos una respuesta, un elemento de satisfacción profesional. 
Los grupos sociales transmiten la cultura a nuevos seres y en esta acción los humaniza a través de  las interacciones. Es en éstas, donde tienen su origen los signos que integran los instrumentos de la mediación y la relación interpersonal. La adquisición de estos signos conforma el despertar tanto del mundo como del “espíritu” en la conciencia propia del neonato, ya que además de ser miembro de una especie cada uno posee individualidad preponderantemente humana que le convierte al mismo tiempo en el receptor  y transmisor de la cultura. 
Es a partir de la conciencia y la génesis de la estructura y función del lenguaje,  de donde inicia aquello que se convertirá en una actividad funcional pragmática de la estructura abstracta de un código analizable, motivo por el que desde estos elementos es donde el neonato aprende y se transforma en transmisor de la cultura.  
El constructivismo social tiene como premisa que cada función en el desarrollo cultural de las personas aparece doblemente: primero a nivel social, y más tarde a nivel individual; al inicio, entre un grupo de personas (interpsicológico) y luego dentro de sí mismo (intrapsicológico). Esto se aplica tanto en la atención voluntaria, como en la memoria lógica y en la formación de los conceptos. Todas las funciones superiores se originan con la relación actual entre los individuos. (Vygotsky, 1978).